Cuando se le hizo la autopsia al emperador, le fue cortado su órgano reproductivo (nadie sabe porque ocurrió la mutilación), el que fue a parar, junto con otras de sus pertenencias, a manos del sacerdote que le dio los últimos ritos.
La sobrina de este sacerdote heredó la colección de objetos y poco a poco todos fueron subastados, incluyendo el frasco con el miembro disecado de Napoleón.
El actual dueño dice que lo compró para hacerle pruebas de ADSN y saber si Napoleón fue, o no, muerto con arsénico o mercurio, como creen muchas personas.
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