"¿Incluso tú, hijo mío?" son las palabras, según Suetonio, que dirigió julio César a su protegido Bruto, cuando éste y otros senadores lo asesinaban en la Curia Pompeya.
Marco Junio Bruto, no estaba contento con Julio César, debido a algunas medidas que éste había implementado en Roma, las cuales aumentaban su poder como dictador.
En la conspiración tomaron parte también el cuñado de Bruto: Cayo Casio Longino y algunos senadores.
No todo fue bien para los asesinos, ya que Roma tenía en gran estima a Julio César, por lo cual tuvieron que huir a Oriente.
Tiempo después, en la Batalla de Filipos, Bruto se suicidó para evitar ser capturado por los ejércitos de Octavio y Marco Antonio.
Fuente: Wikipedia