María Antonieta

   María Antonieta (1755-1793) A la edad de 15 años la encantado­ra princesa austríaca María Antonieta con­trajo matrimonio con Luis, el heredero del trono de Francia. Se convirtió en reina de Francia cuatro años después. Durante los días terribles de la Revolución Francesa fue guillotinada.
   Fue hija de la gran reina María Teresa; nació en Viena. Su preparación como miembro de la familia real le dio exiguas dotes fuera de su gracia personal y el orgullo de su estirpe. Cuando su esposo ocupó el trono de Francia con el nombre de Luis XVI, María Antonieta fue también coro­nada. Ambos reinaron con base en la idea de que la riqueza del país era propiedad personal de los monarcas del mismo. La reina y su corte, amantes del lujo y del despilfarro, nunca pudie­ron comprender la miseria que padecía el pue­blo. Le parecía a María Antonieta que sus subditos carecían de razón al protestar contra los altos impuestos que tenían que pagar para sostener los despilfarros de la corte.
   Las chusmas parisienses asaltaron la pri­sión de la Bastilla en 1789 mientras la fami­lia real se alojaba en el hermoso Palacio de Versalles en los suburbios de París. La mul­titud llegó a Versalles y obligó al rey, a la reina y a sus hijos a volver a París con ella. Para el pueblo indignado María Antonie­ta era el símbolo de las penalidades que su­fría como causa del mal gobierno.
   Los miembros de la familia real fueron en­cerrados en el Palacio de las Tullerías. Afuera clamaba venganza la multitud. En 1791 intenta­ron escaparse de París la reina, el rey y sus hi­jos, pero fueron descubiertos y encerrados en la Torre del Temple. El rey fue decapitado en 1793. En octubre del mismo año fue juzgada María Antonieta y condenada a muerte, por fo­mentar la guerra civil y por traición a su patria. En una carreta abierta se la llevó a la guillotina a través de calles pletóricas de gente que la insultaba. Orgullosa y sere­na hasta el último momento, la reina se dio cuenta al fin de las terribles medidas a que la miseria puede inducir a un pueblo.