La pirá­mide del Sol


   En el valle de México, a 40 kilómetros de la capital, existe el lugar denominado Teotihuacán, nombre que en ná­huatl quiere decir "lugar habitado por los dioses". En el mismo se levantan dos grandes pirámides dedicadas respectivamente al Sol y a la Luna.
   Teotihuacán fue una ciudad vastísima, contemporánea de la Roma antigua. El escenario de sus ceremonias religiosas contaba con numerosos monumentos de gigantescas proporciones. Todos te­nían la misma orientación que la pirá­mide del Sol, levantada sobre un zócalo de 225 metros de lado (base de pareci­das proporciones a la de la pirámide egipcia de Cheops) y coronada además por un templo. Todavía se eleva a 63 me­tros de altura y su volumen en piedra y ladrillo no es inferior a 1 000 000 de m3. Como otros monumentos de Teotihua­cán. fue recubierta de tierra para que los conquistadores españoles no descu­brieran su existencia. Fue restaurada entre 1905 y 1910.