¿Quién fue sometido a juicio por afirmar que la Tierra se movía?

   Eppur si muove, eppur si muove... (Y, sin embargo, se mueve...). Esto asegura la tradición que repetía, en voz baja, Galileo Galilei después de tener que retractarse públicamen­te de sus teorías.
   El hecho ocurría en la Italia del siglo XVII, y el motivo por el cual Galileo había tenido que abjurar en público de sus creencias era que al Santo Ofi­cio de la Inquisición le parecía pe­ligroso para la comprensión de la Biblia lo que el sabio afirmaba en sus obras: que el Sol es el centro del Uni­verso y que la Tierra gira alrededor.
   Galileo Galilei había nacido en Pisa en 1564 y, tras consagrarse a los es­tudios físicos y matemáticos, a los veintiocho años fue nombrado pro­fesor extraordinario de la Universidad de Pisa y director del Consejo de matemáticos y filósofos del duque de Toscana. Galileo perfeccionó el teles­copio, instrumento óptico de gran alcance con el que descubrió cuatro satélites de Júpiter, las manchas solares y gran número de estrellas. Sus observaciones astronómicas le llevaron a adoptar la teoría heliocén­trica, es decir, que el Sol es el centro del Universo, expuesta años antes por el polaco Copérnico y conside­rada como herética.
   Galileo fue de­nunciado a la Inquisición, que le ordenó no volver a defender teorías peligrosas para la fe. Pero en 1632 el sabio toscano publicaba su obra Diá­logo sobre los dos máximos sistemas del mundo, tolomeico y copernicano, en la que exponía de nuevo sus con­clusiones. El Papa Urbano VIII le hizo comparecer otra vez ante el Santo Oficio para que se retractara. Galileo, que, además de sus descu­brimientos astronómicos, había lo­grado aportaciones decisivas al cam­po de la física, como la ley del péndulo y el principio de la inercia, por obe­diencia a la autoridad eclesiástica tuvo que renegar públicamente de algo en lo que creía firmemente: que la Tierra se mueve alrededor del Sol (eppur si mouve...). Fue conde­nado a reclusión perpetua y sus obras incluidas en el índice de Li­bros Prohibidos; murió en 1642.