¿Son seguras las plantas para curar?

   Hasta el siglo XIX las causas de las enfermedades eran descono­cidas; había que recurrir al curandero local, o a recetas curativas transmitidas por tradición. Los curanderos asociaban las pro­piedades reales de las plantas con prácticas supersticiosas lo que trajo como consecuencia que se les menospreciara e influyó otro tanto a la aparición de terapéuticas modernas más confiables.


Cualidades terapéuticas de las plantas
Los principios activos de las plantas utilizadas en la medicina po­pular han sido estudiados. Ahora se conocen la mayoría de sus fórmulas químicas y su acción "medicinal" está explicada. Los taninos, muy extendidos en el reino vegetal (corteza del roble, hoja de nogal, sauce y potentilla) tienen una acción "retractora" e impermeabilizante sobre las células, de ahí su uso externo sobre heridas y quemaduras e interno como astrin­gente.   Los aceites aromáticos o esencias: anís, hinojo, pimpinela, enebro, angélica... tienen efectos variados, excitantes (ajenjo) o calmantes (anís). Muchos favorecen las secreciones del tubo di­gestivo.
   Los principios amargos no forman un grupo químico, pero tienen en común una acción sobre el tubo digestivo y el apetito: raíz de genciana, centauro y caléndula. Otros tipos de productos activos: las resinas (irritantes para la piel), los alcaloides (acónito, belladona, cólquico) y glucósidos (heleborus, digital) resultan venenos muy violentos si son mal dosificados, por lo que son de uso delicado.


Problemas en la utilización de plantas medicinales
El problema más grave en la utilización de las plantas medicina­les es, en efecto, el mal control de la cantidad del principio activo administrado: el uso de digitalina, por ejemplo, en una dosis de­masiado fuerte puede ser mortal (la digitalina es un tónico car­diaco). Dos puntos hay que tomar en cuenta:
   Concentración del principio activo, que varía según el lugar donde crece la planta, la cantidad de luz solar que recibe, el es­tado vegetativo y parte de la planta de donde se obtiene.
   La complejidad de la composición de las plantas que a menudo contienen varios principios activos a la vez: la caléndula oficinal (Caléndula offianalis), cultivada para uso medicinal, contiene en su flor: esencias, una resina, un principio amargo y varias saponinas. La tisana de las flores favorece el derrame de la bilis en el intestino. En tintura, su aplicación favorece la cicatrización de heridas.
   Los medicamentos contienen concentraciones precisas de sus­tancias activas. A menudo extraídas de las plantas, éstas son purificadas y dosificadas muy cuidadosamente. Su utilización mediante la dosis prescrita, es más fácil y más segura al tratarse de productos peligrosos.


Algunas plantas medicinales y sus indicaciones
1) Grosella negra (diarrea, menopausia, dolor de cabeza, artritis); 2) centaura (dermatosis, fiebre, astenia); 3) naranjo (insomnio, dolor de cabeza, tos, corazón); 4) arándano (diabetes, diarrea, riñon, ve­jiga, colibacilosis); 5) achicoria (diabetes, indigestión, estreñimiento); 6) tila (fiebre, indigestión, insomnio, dolor de cabeza); 7) ortiga muerta (diarrea, hemorroides, leucorrea, reglas difíciles); 8) angéli­ca silvestre (hipertensión, impotencia, indigestión); 9) caléndula (insuficiencia hepática, reglas difíciles); 10) genciana (astenia, diarrea, falta de apetito); 11) manzanilla romana (artritis, insomnio, menopausia, dolor de cabeza, de ojos y párpados); 12) comino (in­digestión, reglas difíciles); 13) tomillo (astenia, asma, bron­quitis, indigestión, catarro, gripe); 14) saúco (dermatosis, ríño­nes, vejiga); 15) fresa (diabetes, ríñones, vejiga, asma); 16) amapola (insomnio, tos, bronquitis); 17) arraclán (estreñimien­to, hemorroides, vesícula biliar, celulitis); 18) bardana (derma­tosis); 19) enebro (artritis, diabetes, reglas difíciles); 20) hierba doncella (astenia, diabetes, diarrea, hipertensión, leucorrea); 21) menta picante (asma, impotencia, indigestión, dolor de ca­beza, reglas difíciles); 22) asperrilla olorosa (indigestión, insom­nio, insuficiencia hepática); 23) lavanda (hipertensión, indiges­tión, insomnio, reglas difíciles, catarro, gripe); 24) eucalipto (astenia, bronquitis, diabetes, dolor de cabeza); 25) brezo (leu­correa, prostatismo, riñones, vejiga); 26) muérdago (asma, hi­pertensión, prostatismo); 27) nenúfar (diarrea, insomnio, riñones, vejiga, tos); 28) boj (vesícula biliar); 29) aciano (ojos, párpados).