Las cataratas Victoria

   Los nativos denominaban a las cataratas del Zambeze las "humaredas atronadoras". En 1855, el explorador inglés Livingstone las bautizó con el nombre de "cataratas Victoria" en homenaje a la reina de Inglaterra
David Livingstone, pastor protestante, misionero y médico inglés, visitó terri­torios desconocidos de África del Sur con el propósito de evangelizar y cuidar a los indígenas. Después de atravesar el desierto de Kalahari, Livingstone descubrió las fuentes del Zambeze. Ex­plorando el curso superior del río pudo contemplar un extraordinario espec­táculo: una caída de agua de 110 metros de desnivel. El río, que en aquella zona tiene una anchura de 1700 me­tros, se precipita por una garganta de sólo 80 metros de ancho. El estrépito de las aguas es perceptible desde muy lejos y una cortina de bruma se eleva constantemente de la tumultuosa e impresionante muralla líquida, cortina que al ser atravesada por los rayos del sol produce magníficos arco iris.