El primer ómnibus, o autobús, tirado por caballos circulaba por París en 1828. Tenía una cabina lo bastante grande para varios pasajeros, sentados en bancos de madera. El ómnibus fue sustituido por tranvías, que circulaban sobre raíles por las calles de la ciudad. El primer servicio tranvía tirado por caballos se inauguró en 1832 en Nueva York. Desde la década de 1880 los tranvías funcionan con electricidad, y los autobuses modernos funcionan con gas o gasóleo.