La luz viaja en líneas rectas llamadas rayos. Vemos las cosas gracias a que los rayos del Sol o de la luz eléctrica rebotan en los objetos y luego en nuestros ojos. Esto se llama reflexión. La luz se comporta un poco como una pelota. Si golpea algo en línea recta, rebota siguiendo la misma línea. Si golpea en algún ángulo, rebota con el mismo ángulo.
Los rayos de luz se reflejan mejor en una superficie lisa que en una rugosa. Los espejos tienen una superficie muy lisa que refleja la luz tan bien que rebota directamente. Los espejos pueden ser de cristal, con una cubierta especial de plata en el revés, o pueden ser de metal pulido. Cuando nos miramos en un espejo, la luz que procede de nosotros se refleja en el espejo y después rebota directamente en nuestros ojos. Así podemos ver nuestro propio reflejo.