Los ingleses a finales del siglo XVIII, desaprobaban que las mujeres usaran maquillaje con el propósito de atraer a los hombres.
Y así, en 1770, un proyecto de ley se presentó al Parlamento en el que se decía, que "Todas las mujeres de cualquier edad o rango que seduzcan al matrimonio a cualquiera de los súbditos de Su Majestad gracias a los olores, pinturas, cosméticos, dientes artificiales, cabello falso, incurrirán en la pena de ley que se halla en vigor contra la brujería."