Durante el invierno, la vegetación lleva una vida poco activa: Las plantas pierden sus hojas y dejan de crecer. Ciertos animales hacen como las plantas: pasan el invierno durmiendo en espera de la primavera.
El frío paraliza la vida vegetal y frena el desarrollo de la vida animal. Los animales que no emigran acumulan reserves durante la estación cálida (grasas naturales o alimentos); algunos de ellos pasan el invierno en un reposo casi absoluto. El oso, el lirón, el erizo y la tortuga lo pasan durmiendo. Al llegar la primavera salen de su letargo y parten en busca de alimentos. El cirujano pone a su enfermo en hibernación para reducir el ritmo de algunas de sus funciones orgánicas y poder curarlo con mayor facilidad.
La hibernación es común en los osos cuando llega el invierno. En la foto un oso negro en el proceso de hibernación.
La hibernación es uno de los grandes misterios del mundo animal. Es algo más que un profundo sueño. El animal baja sus pulsaciones y su respiración, y la digestión prácticamente se detiene. Al empezar el invierno, el animal debe haber aumentado sus reservas de lípidos, que se van consumiendo paulatinamente para suplir las necesidades energéticas del organismo durante lo que puede compararse con un largo sueño.