Lana de oveja

   Proba­blemente fue la lana una de las primeras fibras empleadas para tejer telas. No se sabe cuándo se empezó a manufacturar tela empleando la lana, pero desde luego fue antes de que se comenzara a escribir la historia. Tampoco sabemos quién fue el primero que descubrió que podía tejerse tela con ella. Quien lo haya hecho, realizó un gran descubrimiento.
   Las fibras de la lana son los pelos rizados que forman la zalea de las ovejas. Cada fibra de lana está formada por esca­mas superpuestas y entrelazadas unas a otras, muy parecidas a las escamas de los peces. Pueden verse si se coloca un pedacito de fibra en un microscopio.


   VARIEDADES DE LANA DE OVEJA
   Existen cuando menos 200 variedades de ovejas, unas grandes y otras pequeñas. Hay algunas que tienen larga la lana, y otras, corta. Las hay cuyas fibras de lana son muy finas, y otras, que su fibra es gruesa. Todos están de acuerdo en que la mejor lana es la de los borregos merinos.
   No todas las ovejas de la misma clase dan lana de la misma calidad. Ésta de­pende de muchos otros factores: el pri­mero es la salud del animal. El tipo de ali­mentación es el segundo. El clima en que vive es el tercero. Otro factor importante es la edad de la oveja.
   Cortar la lana a la oveja se llama esqui­larla. La mejor lana proviene de las ovejas jóvenes. La lana de "cordero" es la obteni­da la primera vez que se esquila a una oveja. Tan pronto como queda esquilada, le empieza de nuevo a crecer la lana, hasta formársele su grueso abrigo.
   En los tiempos primitivos, la tela de lana se tejía en casa. Los hombres esquilaban las ovejas, y las mujeres enderezaban las fibras. Se usaban para ello las cardas. Las cardas son pedazos de madera, planos, con alambres incrustados como las cerdas de un cepillo. Enderezar las fibras de lana se llama aún hoy "cardar la lana".
   Después de cardada, las mujeres la torcían para formar hilos o madejas. Los primeros husos se hacían girar a mano; después se inventó la rueda de hilar o rue­ca. Una vez hilada, las mujeres tejían las telas con el hilo o estambre que habían preparado. A veces, la teñían antes de te­jerla. Otras veces, la teñían o pintaban des­pués de haberla tejido.
   En muchas partes aún se hila y teje a mano. Pero en la mayoría de los países, este trabajo se hace en las fábricas de hila­dos y tejidos de lana.
   El primer paso para fabricar objetos de lana sigue siendo el de esquilar a las ove­jas. En las grandes haciendas, esto ya se suele hacer con máquinas eléctricas. En las pequeñas se esquila a mano, con tijeras especiales. De uno y otro modo, en unos cuantos minutos queda esquilada una ove­ja y con su lana se forma un montón. Al "abrigo completo" de lana de una oveja adulta se le llama vellón. Los vellones se enrollan, formando pacas. Las pacas de lana son enviadas entonces a los mercados y fábricas.
   En las fábricas de hilados y tejidos de lana, se clasifica este material. Se le qui­tan las asperezas y después se lava per­fectamente, porque es seguro que contiene mucha suciedad y grasa. La lana limpia y aún húmeda se manda a unos aparatos secadores. Al secarla, queda blanca, sua­ve y esponjosa.
   De allí pasa a las máquinas cardadoras, para que enderecen las fibras formando cordeles suaves. Para fabricar las mejores telas se emplean las lanas de fibras más largas, las que se separan en unas máqui­nas peinadoras.
   Pasa esa lana después a las máquinas de hilar, que la tuercen para formar los hilos. Ya está lista así para tejerse y fabricar telas para muchos usos.
   La mayor parte de la lana se tiñe. Puede ser teñida antes de cardarla, antes de hi­larla, antes de tejerla o después de haber fabricado el tejido.
   La felpa es una tela que no es hilada ni tejida. Para hacerla, simplemente se im­pregnan las fibras con vapor y se prensan. Las escamas de las fibras entremezcladas las mantienen unidas.
   Australia es el país que más lana produ­ce. Son famosas en todo el mundo las telas de lana australiana.