La red GPS utiliza 24 satélites que orbitan alrededor de la Tierra, a unos 17.600 kilómetros. Esos satélites tienen relojes atómicos de alta precisión y emiten señales de radio que recogen las antenas de los receptores GPS en la Tierra. El receptor compara cuánto tardan en llegar las señales de cuatro satélites diferentes y, a partir de esa información, calcula su posición exacto.