En las primeras obras griegas declamaba un solo actor, acompañado de un grupo llamado coro que recitaba y cantaba. Obras posteriores incluían más papeles, todos interpretados por hombres (también los de mujeres). Los teatros se construían al aire libre con asientos de piedra esculpidos en las laderas de la montaña y podían albergar hasta 10.000 personas.