Los primeros carruajes de vapor eran muy peculiares, porque se parecían en parte a diligencias (de las de tracción por caballos) y en parte a las máquinas de vapor. Este que se ilustra era una especie de carrocería de diligencia, colocada sobre altos muelles, en un desmañado dispositivo de caldera y engranes. Fue construido en 1801 por Richard Trevithick, que después se hizo famoso como ingeniero de ferrocarriles. Diseñó una de las primeras locomotoras para ferrocarril que tuvieron éxito, y que corrió en 1804.