Pero los eruditos no han podido explicar satisfactoriamente el hecho de que contemporáneos de Shakespeare, como Meres en 1598 y Jonson en 1623, hayan reconocido su valía como hombre y como autor dramático. Pocos historiadores toman en serio las tentativas realizadas para privar a Shakespeare de su fama.
El deseo de aumentar las informaciones sobre su vida privada motivó una constante y minuciosa labor de examen de sus obras, con la esperanza de encontrar alguna sugerencia útil; pero el resultado fue muy pobre. Con todo, muchos lectores creen que en los 154 sonetos, publicados probablemente contra su voluntad en 1609, se revela un episodio importante de su vida. Por esto, en este sentido, sus sonetos son la obra más estudiada, excepto quizá Hamlet. Como obra poética, seguramente se cuentan entre los mejores sonetos escritos en inglés; pero ninguna duda cabe ya acerca de que el éxito obtenido se debe al significado autobiográfico que se les atribuye.