Aunque parezca divertido en acción, el asiento eyectable ha salvado miles de vidas desde su invención a mediados del siglo XX.
Un asiento eyectable está diseñado para catapultar el piloto de un avión en caso de emergencia; después de salir disparado y de que está lo suficientemente lejos de la aeronave, el asiento se separa del piloto y se abre el paracaídas.
Antes de que los asientos eyectables fueran inventados ya había paracaídas, pero la tripulación tenía que saltar por su propia cuenta de los aviones, lo que era un poco difícil cuando un avión sin control caía a tierra a cientos de kilómetros por hora.
La Segunda Guerra Mundial creó una necesidad obvia para esta invención. El primer asiento eyectable fue creado por la empresa alemana Heinkel en 1940, y la empresa sueca Saab desarrolló su propio asiento eyectable de forma independiente al año siguiente. Ambos utilizaban aire comprimido para catapultarse de la aeronave. En 1942 un piloto de pruebas alemán se convirtió en el primero en usar el asiento eyectable en una emergencia con su avión.
Después de la guerra, algunos aviones se volvieron tan rápidos que era imposible escapar de ellos utilizando sólo un paracaídas. Después de los primeros asientos eyectables de aire comprimido, se empezaron a utilizar cargas explosivas en los asientos. Y a partir de la década de los sesenta, los asientos eyectables ya eran impulsados por cohetes para su uso en aviones supersónicos. Algunos pilotos han sido expulsados a velocidades de más de 1.300 km/h.