Fue en 1994 que se puso a la venta la primera planta transgénica. El tomate Flavr Savr contenía un gen alterado que lo mantenía más tiempo fresco. La mayor parte de los tomates se recogen verdes y maduran después. Los tomates modificados se recogen rojos y no se ponen blandos durante su transporte. Saben mejor que los convencionales porque maduran en la planta.