¿Cómo se elabora la cerveza?

La cebada ocupa el sexto lugar como cultivo alimentario en el mundo... pero casi no se come; ¿qué se hace entonces con los cientos de millones de toneladas de cebada que se cosechan cada año?

Se destinan a elaborar bebidas. La cebada es el ingrediente principal de la cerveza, de la cual se ingieren más de 70.000 millones de litros anuales. Alemania encabeza la lista mundial de consumidores de cerveza, pues allí cada habitante consume en promedio 150 litros anuales.

Para convertir la cebada en cerveza los granos del cereal se humedecen con agua y se dejan germinar; la cebada germinada, llamada malta, se pone a secar para ser usada después.

Las cervecerías modernas compran la malta preparada: primero la remojan en agua caliente y luego extraen el líquido, que se llama mosto; éste se hierve entonces con brotes de lúpulo, que le dan a la cerveza su sabor, y luego se deja enfriar y se le añaden cepas selectas de levadura.

La levadura crece más deprisa a ciertas temperaturas. Para elaborar la cerveza inglesa, por ejemplo, el mosto se fermenta a una temperatura de entre 20 y 27 grados Celsius durante dos a seis días, y para la cerveza tipo lager, entre 10 y 15 grados Celsius durante ocho a diez días.

Después de la fermentación la cerveza se filtra o se agita en una máquina centrifugadora para eliminar la levadura; luego se pasteuriza para que dure más sin descomponerse y se deposita en barriles, se embotella o se enlata. Antes de distribuirla se deja madurar un tiempo.

La cerveza contiene de 85 a 93% de agua, una pequeña cantidad de azúcar, entre 2 y 10% de alcohol, algunos minerales y ciertas vitaminas del grupo B.

Las cervezas turbias, sin filtrar, como las que se elaboran con otros cereales, contienen una concentración más alta de vitaminas y pueden prevenir enfermedades causadas por deficiencia de nutrientes, como la pelagra.