Es simplemente la forma en que nuestro cuerpo fue diseñado.
Estar nervioso libera unos químicos llamados cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés, en nuestros cuerpos que elevan la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
La razón es que cuando nuestro cuerpo recibe señales de estrés, siente la necesidad de suministrar más sangre y de forma rápida al cerebro, los músculos y otros órganos. Esto es necesario en situaciones de supervivencia, aunque cosas menos amenazantes como las relaciones personales y los exámenes también pueden desencadenar esta respuesta en el corazón. Depende del lóbulo temporal de nuestro cerebro decidir qué justifica las respuestas al estrés y hasta qué punto.