La cámara permite la realización de extraordinarios efectos especiales. El tecnico en efectos especiales conoce, crea y aplica mil procedimientos que dan sensación de realidad.
El técnico en efectos especiales, junto con el doble, es el rey de la ilusión cinematográfica. Según las necesidades del filme, el técnico en efectos especiales hace que el mar Rojo se abra ante el pueblo de Moisés, que el Titanic se hunda al chocar con un iceberg, que arda la ciudad de Roma o que caiga la torre de Pisa. El técnico en efectos especiales sabe construir la maqueta del edificio que deberá derrumbarse o emplear un fondo transparente sobre el que proyectará la imagen de un tigre abalanzándose sobre su presa. También prepara inofensivos petardos que, al paso del ejército, parecerán bombardeos enemigos. Para desempeñar con éxito este oficio hay que saber jugar con la imaginación propia y con la del espectador.