La puerta automática
El uso de puertas automáticas es una de las características del Metro. Interrumpen de una manera eficaz y económica la admisión de viajeros en el andén durante las paradas de los trenes, lo cual representa una medida de seguridad esencial. La puerta es mandada a distancia por unos pedales puestos en acción por los trenes que pasan: primero para cerrarla y luego para abrirla. La hoja de la puerta gira por medio de una biela movida por un tornillo sin fin accionado por un motor eléctrico. Hay que hacer observar que la fuerza ejercida disminuye instantáneamente cuando la puerta queda bloqueada, antes de acabar de cerrarse, por un viajero que queda atrapado a medio pasar.