"Brujas, la muerta", ciudad activísima y de gran vitalidad, no merece ciertamente su antiguo sobrenombre. La ciudad belga es famosa por sus numerosos carillones y campanas, cuyos sones ascienden al cielo desde innumerables torres y campanarios.
A pesar de que se ha construido un nuevo canal, la ciudad de Brujas ha perdido parte de su actividad marítima a causa del ensanchamiento del golfo de Zwyn, pero ha conservado numerosos tesoros artísticos. A orillas de los canales que atraviesan la ciudad, iglesias, monumentos y casas medievales se reflejan en las aguas dormidas. La atalaya, que data de finales del siglo XIII, se eleva a 80 metros de altura y domina la plaza del mercado y el palacio del gobernador. Su carillón, que posee cuarenta y siete campanas, pesa 27 toneladas. Participa en los conciertos de carillón lanzando al vuelo las notas desde el campanario. En estos conciertos rivalizan los mas célebres tañedores, que interpretan obras clásicas o folclóricas y cambian constantemente de repertorio.