Es los primeros años de la república, el carro del triunfador era tirado por dos caballos, después por cuatro, y en la época del emperador Augusto hasta por seis.
Cuando en el año 80 a. de J. C. Pompeyo celebro el "triumphus" por sus grandes victorias en África, quiso que su carro fuera tirado por cuatro elefantes, animales característicos del territorio en que había luchado.
Los triunfos no eran celebrados siempre en Roma. A veces lo hacían en la región donde el vencedor había logrado sus victorias. Por ejemplo: Cornelio Escipión (el futuro Africano), después de haber vencido a los cartagineses en Hispania, festejó el triunfo en ese territorio.
Durante la época imperial, el emperador era considerado el jefe supremo del ejército. En consecuencia, aunque uno de sus generales consiguiera las grandes victorias, el derecho al "triumphus" correspondía solamente a el.
Un historiador romano del siglo V señaló que desde Rómulo (siglo VIII a. de J. C.) hasta Vespasiano (siglo I de nuestra era) fueron celebrados en Roma 320 triunfos