Gracias a sus amplios conocimientos, el químico puede dirigir un laboratorio científico, un servicio de tratamientos químicos o una fábrica de productos químicos.
El químico es un especialista solicitado por la industria metalúrgica, por la textil, por la farmacéutica y por la alimenticia. Los puestos de trabajo son muchos, variados y bien pagados. Ello permite al químico escoger según sus gustos y sus capacidades, pero algunas especialidades son efímeras y exigen una reconversión a corto plazo. Si trabaja en un laboratorio, el químico planea y dirige las investigaciones; si fabrica un producto, es responsable de la calidad y del precio de coste, por lo que ha de intervenir en los problemas de organización y rendimiento de la fábrica; si es un científico notable, puede idear, calcular, construir y poner en funcionamiento una instalación completa. Su responsabilidad es técnica, financiera y humana al mismo tiempo.