El descubrimiento de monedas antiguas en una isla deshabitada perteneciente a Australia podría reescribir los libros de historia.
El soldado australiano Maurie Isenberg se encontró con las monedas mientras se encontraba en una de las islas Wessel durante la Segunda Guerra Mundial. Después de haberlas mantenido durante décadas en una lata, Maurie finalmente se decidió a enviarlas a un museo para ver si podía aprender más de sus orígenes. Aunque parezca increíble, las monedas resultaron tener más de 1.000 años de antigüedad, colocándolas siglos antes del descubrimiento de Australia por exploradores holandeses en 1606.
El hallazgo de las monedas fue olvidado por un tiempo hasta que hace unos meses el científico australiano Ian McIntosh retomó el caso. Armado con cinco de las monedas y un mapa dejado por Maurie que muestra donde las encontró, McIntosh está planeando una expedición a la isla en un esfuerzo por localizar más de ellas y también encontrar alguna pista que podría ayudarle a explicar cómo llegaron allí .