Veamos qué le sucede al nuevo óvulo maduro cada mes.
El óvulo es una célula muy grande, aproximadamente de la mitad del tamaño de un granito de sal. Durante la ovulación, se desprende del ovario y es transportado hacia la cercana trompa de Falopio. Después inicia un recorrido de 3 a 4 días por la trompa, para dirigirse al útero impulsado por las contracciones de los músculos del revestimiento de la trompa.
Al desprenderse el óvulo, se secreta una hormona que vuelve al recubrimiento uterino cada vez más grueso y esponjoso. En otras palabras, deja al recubrimiento listo para albergar al óvulo si éste tiene la suerte de encontrarse con una cuadrilla de espermatozoides y lo fecunde uno de ellos.
Cuando el óvulo se fija a la pared del útero, ocurre la concepción. Empero, si esto no sucede en las dos semanas siguientes, se altera la secreción de la hormona y se desprende el recubrimiento esponjoso. Durante varios días, el útero expulsa al recubrimiento junto con un poco de sangre, por la vagina. Ésta es la menstruación. Aproximadamente ocho días después, se produce el siguiente óvulo maduro, y se inicia nuevamente todo el proceso.