Las grandes formaciones vegetales llamadas biomas, son definidas y reconocidas por medio de su fisonomía vegetal. Partiendo del Polo Norte hacia el ecuador, se encuentran sucesiva y esquemáticamente: el desierto glacial ártico, la tundra, el bosque boreal de coníferas, el bosque templado frondoso; por otro lado, ya sea que se encuentre uno en la costa de un continente o al centro del mismo, hallará un bosque mediterráneo claro y siempre verde, o una estepa fría; al seguir descendiendo hacia el sur, uno encuentra desiertos, seguidos por una estepa cálida, de la cual se pasa a la sabana, luego a la selva tropical clara, y finalmente en el ecuador está la gran selva húmeda. La gran selva húmeda ecuatorial se caracteriza, entre otras cosas, por los centenares de especies de grandes árboles que posee (en contraste con unas diez del bosque templado frondoso); la existencia de esta selva, casi sin humus, se explica por la elevada temperatura (20 °C a 35°C), y la abundante precipitación pluvial (de 1.5 m a 14 m anuales), repartida a lo largo del año, sin que exista una estación propiamente seca. La selva tropical clara tiene por el contrario una estación marcadamente seca, durante la cual los vegetales a veces pierden sus hojas, debido a procesos fisiológicos. Cuando la duración de la estación seca rebasa los 6 meses y la precipitación pluvial desciende por debajo de los 100 cm, se establece la sabana de maleza alta; en la cual los árboles son raros, generalmente espinosos y de forma agrupada.
Con una estación seca de 9 meses y una precipitación pluvial anual inferior a los 50 cm, se pasa de la sabana a la estepa, donde la maleza y los matorrales bajos permiten entrever el suelo desnudo.
Con lluvias irregulares, inferiores a los 25 cm anuales y temperaturas que se elevan hasta los 50 °C, se pasa de la estepa al desierto; en los desiertos absolutos (llanuras centrales del Sahara, o las costas occidentales a nivel de los trópicos) donde caen menos de 25 mm de lluvia por año y los aguaceros son raros en periodos hasta de 10 o 20 años, la vida se reduce a formas animales y vegetales resistentes (animales de hábitos nocturnos o que son buenos corredores, y plantas sin hojas o de germinación rápida, etc.).
Al continuar remontándonos hacia los polos, aparecen la zona mediterránea y la zona de estepas frías, donde las lluvias estacionales ascienden de 25 a 100 cm; aquí las plantas deben resistirá la vez: el tórrido verano, el frío invierno y la sequía que prevalece durante buena parte del año; las lluvias por lo general se agrupan en unos pocos meses.
Cuando la temperatura baja y las lluvias se distribuyen más regularmente durante el año, se pasa a la zona del bosque templado frondoso, cuya gruesa capa de humus se debe a que el frío del invierno y la relativa sequía del verano no permiten que los microorganismos del suelo digieran toda la materia orgánica de las hojas que caen.
Más al norte aún, el frío invernal se convierte en el factor climático predominante, hacia los -5 °C de temperatura media, durante los meses fríos, las coniferas reemplazan progresivamente a las especies frondosas; este bosque de resinosas (boreal o austral) termina a su vez donde comienza la tundra, que es una especie de estepa pantanosa, donde el subsuelo está perpetuamente helado y los vientos del invierno, secos y fríos (de -30 °C), no permiten vivir a los árboles. Finalmente en el extremo norte, no hay más que hielo, que nunca se descongela, igual que en la Antártida, donde la capa de hielo alcanza 2 000 o 3 000 m de espesor.