La construcción de la catedral de Burgos -asombro de las naciones, mofa del viento y de los siglos- fue iniciada en 1221 por el obispo Mauricio, bajo los auspicios del rey Fernando III. Fue abierta al culto en 1230, pero se siguió trabajando en ella durante tres siglos más. La grandeza de su disposición y la perfecta concordancia entre exteriores e interiores determinan que sea nuestra catedral gótica más representativa y majestuosa. Sus tres naves interiores están cortadas por el crucero y rodeadas de capillas, mientras que sus ventanales ojivales filtran la luz que llega del exterior. Por otra parte, sus bajorrelieves, rosetones, ventanales y campanarios son obra de artistas de la categoría de Juan de Colonia o Diego se Siloé.
La catedral de Burgos
La construcción de la catedral de Burgos -asombro de las naciones, mofa del viento y de los siglos- fue iniciada en 1221 por el obispo Mauricio, bajo los auspicios del rey Fernando III. Fue abierta al culto en 1230, pero se siguió trabajando en ella durante tres siglos más. La grandeza de su disposición y la perfecta concordancia entre exteriores e interiores determinan que sea nuestra catedral gótica más representativa y majestuosa. Sus tres naves interiores están cortadas por el crucero y rodeadas de capillas, mientras que sus ventanales ojivales filtran la luz que llega del exterior. Por otra parte, sus bajorrelieves, rosetones, ventanales y campanarios son obra de artistas de la categoría de Juan de Colonia o Diego se Siloé.