En la península indochina, la lujuriante selva de Camboya llegó a sepultar un inmenso palacio de la civilización kmer, invadido y asfixiado por la vegetación. Dicho palacio, conocido como Angkor Wat, fue redescubierto a fines del siglo pasado.
Angkor, que se extendió unas 300 hectáreas, fue una ciudad religiosa y capital de los reyes kmers. En el siglo XII, el rey Suryavarman mandó elevar una grandiosa construcción que debía ser su mausoleo, el cual ha sido restaurado por la Escuela Francesa de Extremo Oriente. El templo de Angkor Wat está formado por cinco torres en forma de tiaras, numerosos recintos cuadrangulares y lagos artificiales que reflejan la fabulosa silueta del palacio. Paredes, galerías y torres están profusamente decoradas con esculturas e inscripciones. Las asparas, o danzarinas de piedra, evocan escenas mitológicas que glorifican a Visnú, a Siva o a Brahma.