¿De dónde viene la palabra incunable?
La palabra "incunable" proviene de "cuna" y se aplica a lo que está en sus principios o en su infancia. Pero en la práctica se usa casi exclusivamente para referirse a los libros impresos poco después de haberse inventado la imprenta. Sería, pues, error llamar incunable a un manuscrito.
La invención de la imprenta se fija en el siglo XV y se llaman incunables los libros impresos hasta el año 1500. Esta clase de libros es muy interesante, porque enseña las diferentes formas de los tipos de imprenta y el estado de la cultura en una época. Se han formado listas o catálogos de los incunables, que son en su mayor parte de temas religiosos. Se calcula que se han conservado cerca de 40,000 incunables. La mayor parte se encuentra en los países donde se desarrolló primero la imprenta, y que eran al mismo tiempo los de mayor cultura: Italia, Alemania, España, Inglaterra, Francia y los Países Bajos.
Las instituciones que guardan mayor número de incunables actualmente son la Biblioteca Nacional de París, la Biblioteca de Munich y la del Museo Británico de Londres. Los incunables por su rareza y por ser documentos auténticos sobre la historia de la imprenta, son muy valiosos.
Aunque no sea propiamente un incunable, debe mencionarse que el primer libro impreso en América, lo imprimió Juan Pablos en México, entonces capital de la Nueva España, en el año 1536.
Los medios de que disponen la fotografía y la imprenta modernas han permitido la elaboración de facsímiles, es decir, de copias fieles de los venerados incunables.