El Támesis nace en las colinas de Costwold, en el condado de Gloucester, y atraviesa toda la parte meridional de Inglaterra para ir a desembocar directamente en el mar del Norte. Tiene 336 kilómetros de largo, y su cuenca, unos 11 000 Km2 de superficie. Desde Londres, situado a unos 75 kilómetros de su desembocadura, es navegable para grandes barcos.
Hasta llegar a Londres, el Támesis es un río tranquilo bordeado de praderas y parques. Pero entonces, cambia su placidez por la actividad del intenso comercio y por el tráfico incesante de los barcos de todas las nacionalidades que llegan a Londres desde los más apartados mares del mundo.
En la desembocadura, tiene cerca de 29 kilómetros de ancho, y las mareas son sensibles en él hasta más de 100 kilómetros aguas arriba.
Los puentes y túneles que lo cruzan en Londres y los grandes almacenes y largos muelles y embarcaderos que existen en la gran ciudad son elementos característicos y admirables de ésta. El Támesis está conectado por medio de canales con el Avon, con el Severn y con la costa del condado de Sussex. En verano, todos los sábados y domingos, la población de la gran urbe londinense busca descanso remontando el río, el cual tiene lugares encantadores en sus orillas; el espectáculo del río presenta entonces un brillante colorido.
El Támesis desempeñó un papel importante en todas las épocas de la historia de la Gran Bretaña, aun antes de la invasión de la isla por los romanos.