Ramón López Velarde fue un poeta mexicano, nacido en Jerez, Zacatecas, muriendo relativamente joven (33 años) en la ciudad de México. Pasó en la provincia la mayor parte de su vida, y estudió jurisprudencia. Desde muy joven estuvo entregado a las labores del periodismo. López Velarde colaboró en la revista literaria La Provincia, en Aguascalientes, y en México fue redactor del diario La Nación, Establecido en la capital desde 1914, ocupó puestos en el gobierno y fue profesor de literatura.
Su primer libro Sangre Devota, publicado en 1916, lo reveló como uno de los poetas más originales de México. Bajo la influencia de los poetas Francisco González León (mexicano) y Leopoldo Lugones (argentino), produjo una obra de personalísimos acentos, cuya temática se inspira en la vida provinciana. Su poesía traduce, en forma casi objetiva y directa, sensaciones de toda especie de su rincón natal. En el primer libro citado el autor, todavía dominado por rasgos modernistas, muestra su habilidad métrica y su dominio de la metáfora y el ritmo. Lo pequeño e insignificante adornan este mundo lírico.
En su segunda etapa, López Velarde torna de lo objetivo a lo subjetivo y puebla su mundo poético de símbolos a base de la realidad exterior. Zozobra, publicado en 1919, y El Son del Corazón, dado a luz después de su muerte, son de esta época. Los más variados estados de su alma encuentran expresión en formas poéticas de extraña plasmación. Obtiene toda clase de efectos discordantes en su ritmo. Aunque su muerte prematura no le permitió seguir sus tendencias hasta obtener un desarrollo más pleno, la obra realizada fue suficiente para ejercer una influencia destacada sobre sus contemporáneos, y para ser considerado como uno de los grandes poetas de América.
Aunque la prosa de López Velarde no alcanza la misma altura que su poesía, es también original y de calidad poética y artística. Se halla recogida en forma póstuma en El Minutero.