Fue a través de Iván Turguénev como el mundo occidental conoció por primera vez la literatura rusa. Está considerado como uno de los grandes novelistas del mundo. Nació en Rusia central (Orel) de una noble y acomodada familia que vivía en suntuosas y espléndidas mansiones. Preceptores particulares enseñaron al joven Iván el francés, el alemán y el inglés, porque los aristócratas rusos de aquella época consideraban de mal tono hablar la lengua de su propio país. La lengua rusa, que con tal maestría usó en sus libros, la aprendió Turguénev de sus criados. Más tarde, estudió en las universidades de Moscú, de San Petersburgo y Berlín; su madre quería que siguiera la carrera militar, pero el joven estaba resuelto a dedicarse a la literatura. A causa de las ideas liberales que había expresado en sus escritos, Turguénev fue confinado en sus propiedades durante 2 años, y después, salió de Rusia para no volver sino como visitante a su país. Su vida de escritor transcurrió en París, en donde escribió la mayor parte de sus novelas y donde se enamoró de la cantante española Paulina García de Viardot, que tanta influencia había de ejecer con su amistad en la vida y en la obra del novelista.
En la finca de su padre, Turguénev vio muchos ejemplos del mal trato que se daba a los siervos, lo que más tarde, describió en su primer libro: Memorias de un cazador. Este libro ayudó a la sociedad rusa a darse cuenta de la ruindad de su organización y tuvo alguna influencia en la emancipación de los siervos de 1861. Está considerado por algunos como la obra maestra de Turguénev.
Su famosa novela Padres e hijos suscitó enconadas controversias, que dieron origen a violentos ataques contra el autor. Trata del conflicto entre los padres, que representan al partido conservador y creen en los derechos de la nobleza, y los hijos, que representan al partido liberal con sus ideas revolucionarias. El héroe, un joven doctor, es un nihilista, término usado por primera vez en esta novela. Según en ella se describe, un nihilista es "un hombre que no se inclina ante las autoridades ni acepta principios no probados".
Asume una actitud negativa hacia todas las instituciones y arroja de sí todos los convencionalismos. Los liberales estaban furiosos con este representante de sus ideas a quien consideraban una caricatura. Los conservadores estaban aún más enojados porque lo consideraban un signo de la debilidad de su partido.
En todas sus novelas, Turguénev pinta el estado de la sociedad rusa, especialmente de la clase media y de los diversos tipos intelectuales de aquel tiempo. Es a la vez realista e idealista; su estilo es delicado y encantador. Una ternura anhelante con tintes de melancolía llena sus novelas y produce el efecto de extraña música triste. Humo es uno de los más bellos ejemplos de su producción; su acción se desarrolla en Baden-Baden, entre turistas y emigrados rusos.
En París, Turguénev conoció y trató a las grandes figuras literarias de su época, quienes sentían por él una gran estimación y respeto. Sus obras eran traducidas al francés y al inglés tan pronto como se publicaban; la crítica fue con él muy favorable. Al morir, en 1883, sus restos fueron trasladados de París a Rusia, país del cual voluntariamente se había apartado durante tantos años.
Las obras principales de Iván Turguénev son: Memorias de un cazador; Diario de un hombre superfluo; Demetrio Rudin; Nido de Hidalgos; En las vísperas; Primer Amor; Padres e hijos; Humo; Hamlet y Don Quijote; El rey Lear de las estepas; Aguas Primaverales; Tierra Virgen.