Los geólogos creen que el planeta Tierra se formó alrededor de 4 mil 600 millones de años atrás. Desde entonces, su superficie se ha ido gradualmente conformando por varios procesos.
La Tierra y el resto del sistema solar se formaron probablemente varios millones de años después de que una masiva explosión o supernova ocurrió en el espacio. La explosión creó una inmensa nube de partículas de gas y polvo. Los geólogos creen que las partículas chocaron unas con otras, se unieron para formar inmensas cantidades de materia derretida que con el tiempo se convirtieron en los planetas actuales.
Se cree que la Tierra recién formada era increíblemente caliente, con un mar de roca fundida en la superficie. Hace unos 4.000 millones de años, la Tierra poco a poco se empezó a enfriar y separar en capas diferentes. La materia más pesada se hundió para formar el núcleo o parte central de la Tierra, pero siguió siendo muy caliente. La materia menos densa formó capas alrededor del núcleo. En la superficie, la materia fundida se enfrió lo suficiente para formar una corteza sólida y rocosa, que los científicos creen estaba cubierta con numerosos volcanes.
Los primeros continentes se formaron probablemente a partir de roca fundida que fluía sobre la superficie a través de volcanes, la lava se enfrió en la superficie y hizo que la corteza se engrosara aún más. Los océanos podrían haber aparecido en zonas más bajas, cuando pequeñas gotas de agua se condensaban en la fría superficie provenientes del vapor que escapaba a través de erupciones volcánicas; también se piensa que una parte importante del agua pudo provenir de cometas que se estrellaban en la Tierra. La primera atmósfera de la Tierra se formó probablemente por los gases volcánicos.