Las bebidas gaseosas engordan, pero, según científicos del Instituto de Nutrición Humana de Alemania y otros centros médicos, no es sólo por sus calorías vacías, sino por el tipo de azúcar que contienen. Muchas se endulzan con fructosa, azúcar presente en la mayoría de la fruta. Los investigadores, dirigidos por Helia Jürgens, dieron de beber a ratones agua con fructosa, una bebida gaseosa con sacarosa (azúcar común), otra sin calorías, o agua. Aunque los ratones del primer grupo comían menos que los demás, subieron más de peso: ocho gramos (21% de su peso); los otros subieron menos de cinco gramos. "En el hígado la fructosa se convierte en ácidos grasos más pronto que la glucosa", explica Jürgens; de ahí quizá el aumento. En los productos comerciales la fructosa a veces se disfraza como jarabe de maíz alto en fructosa; lea las etiquetas y reduzca su consumo al mínimo.
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