Curiosidades sobre los vampiros
- Probablemente, el vampiro más famoso de todos los tiempos, es el Conde Drácula, personaje inspirado en un cruel príncipe rumano que realmente existió: Vlad Tepes, apodado el Empalador.
- Muchos estudiosos argumentan que la palabra "vampiro" se origina del húngaro vampir o del turco upior, es decir upyr "bruja". Otros expertos argumentan que el término deriva de la palabra griega para "beber" o del griego nosophoros que significa "portador de plagas". También puede derivar del serbio Bamiiup o del serbo-croata pirati. Hay muchos términos para "vampiro" que se hallan en todas las culturas, lo que sugiere que los vampiros están integrados en la conciencia humana.
- Algunos historiadores sostienen que el príncipe Carlos de Inglaterra es un descendiente directo del conde Vlad, el hijo de Vlad Drácula.
- Algunos monumentos prehistóricos de piedra llamados "dólmenes" se han encontrado en las tumbas de los muertos en el noroeste de Europa. Los antropólogos especulan que fueron colocados sobre las tumbas para impedir a los vampiros salir de ellas.
- Una forma, según la leyenda, de disuadir a un vampiro a entrar a una casa es lanzar semillas (por lo general de mostaza) fuera de una puerta. Los vampiros se ven obligados a contar las semillas, lo que los retrasa hasta la salida del sol.
- Las sirenas también puede ser vampiros, pero en vez de chupar sangre, chupan el aliento de su victimas.
Una "verdadera vampiresa" muy famosa, fue la condesa Elizabeth Bathory (1560-1614) quien fue acusada de morder la carne de jovenes vírgenes y de torturarlas cruelmente hasta la muerte. La condesa creía que bañándose en la sangre de las chicas le otorgaría belleza juvenil.
Una extraña enfermedad llamada porfiria (también llamada la enfermedad de "Drácula") es la causante de síntomas parecidos a los que posee un vampiro, como una extrema sensibilidad a la luz del sol y, a veces pilosidad. En casos extremos, los dientes pueden teñirse de un color marrón rojizo, y, causar que el paciente enloquezca.
Algunas personas acusadas de vampirismo pudieron en realidad haber sufrido de haematodipsia, que es una sed sexual de sangre, y de hemeralopia o ceguera al día. La anemia era confundida a menudo como el síntoma de una persona atacada por un vampiro.
Uno de los primeros relatos de vampiros se encuentra en un antiguo mito de Sumeria y Babilonia que data del 4000 a. C. y que describe al ekimmu o edimmu (uno que es arrebatado). El ekimmu es un tipo de uruku o utukku (un espíritu o demonio) que no fue sepultado correctamente y ha vuelto como un espíritu vengativo a chupar la vida de los vivientes.
De acuerdo con el texto egipcio del Pert em Hru (Libro Egipcio de los Muertos), si el ka (una de las cinco partes del alma de una persona fallecida) no recibe las ofrendas que requiere de los vivos, se aventura a salir de su tumba como kha para encontrar alimento, que puede incluir beber la sangre de los vivos. Además, la diosa egipcia Sekhmet era conocida por beber sangre. La antigua diosa hindú con colmillos, Kaliof, también tenía un fuerte deseo por la sangre.
A los vampiros chinos se les llama shih ch'iang los cuales tienen los ojos rojos y las uñas torcidas. Se dice que tienen un fuerte impulso sexual que los lleva a atacar a las mujeres. A medida que se hace más fuerte, el shih ch'iang gana la habilidad de volar, le crece el pelo blanco, y también puede transformarse en lobo.
Si bien es cierto que tanto vampiros como zombis pertenecen al mundo de los "muertos vivientes", hay diferencias entre ellos en función del mito del que surgieron. Por ejemplo, los zombis tienden a tener un coeficiente intelectual más bajo que los vampiros; prefieren como alimento el cerebro y la carne en lugar de solo la sangre; son inmunes al ajo; tienen su origen principalmente en mitos africanos; se mueven con lentitud debido a los músculos podridos; pueden entrar en las iglesias, y no necesariamente le tienen miedo al fuego o a la luz del día.
La histeria colectiva a causa de los vampiros llegó a ser tan generalizada en Europa durante la segunda mitad del siglo XVIII, que algunos gobernantes crearon leyes para impedir la exhumación de los cuerpos. En algunas áreas, la histeria de la gente llevó a ejecutar públicamente a las personas que se creía que eran vampiros.
La primera obra completa de ficción acerca de un vampiro en idioma inglés fue The Vampyre (El Vampiro) de John Polidori. "El Vampiro" se publicó erróneamente como si Lord Byron fuera el autor. Polidori (1795-1821) fue médico de Byron, y basó su vampiro en el gran poeta inglés.
La novela gótica Le Fany (1872, Joseph Sheridan) trata sobre una mujer vampiro, "Carmilla", la cual es considerada el prototipo de las vampiresas lésbicas y una gran influencia para el Drácula de Bram Stoker. En la historia, Carmilla es finalmente descubierta como un vampiro, se la decapita e incinera.
Un vampiro supuestamente tiene control sobre el mundo animal y se puede convertir en murciélago, rata, búho, polilla, zorro o lobo.
En 2009, un cráneo femenino del siglo XVI, con una piedra encajada en la boca, fue encontrado cerca de los restos de víctimas de la peste. No era raro que en ese siglo, se colocara una piedra o ladrillo dentro de la boca de alguien sospechoso de ser un vampiro, esto era para evitar que se alimentara de los cuerpos de las otras víctimas de la plaga o atacara a los vivos. Se culpaba también a las mujeres vampiros por la difusión de la peste bubónica a través de Europa.
La novela Drácula de Bram Stoker (1897) sigue ejerciendo una influencia profunda en la mitología vampírica y nunca ha salido de la imprenta. Algunos estudiosos dicen que es claramente una alegoría cristiana, mientras que otros sugieren que contiene algunas ansiedades psicosexuales ocultas de la era victoriana.
Sin una invitación, los vampiros en la mayoría de las leyendas no puede cruzar un umbral. La conexión entre el umbral y los vampiros parece ser un concepto de complicidad. Una vez que el compromiso se hace para que el mal entre a una morada, el mal puede volver a entrar en cualquier momento.
El ajo, un repelente tradicional contra los vampiros, se ha utilizado como una forma de protección por más de 2.000 años. Los antiguos egipcios creían que el ajo era un regalo divino; los soldados romanos pensaban que les daba valor; los marineros creían que los protegía de un naufragio, y los mineros alemanes creían que los protegía de los malos espíritus de las profundidades de la tierra. En algunas culturas, las novias llevaban ajo debajo de la ropa como protección, y los dientes de ajo fueron utilizados para curar a las personas de una amplia gama de enfermedades. Hoy en día los científicos han hallado que el aceite de ajo, la alicina, es un antibiotico muy eficaz.
Que la luz del sol puede matar a los vampiros parece ser una invención moderna, quizás iniciada por el gobierno de los Estados Unidos para asustar a la guerrilla supersticiosa en las Filipinas en la década de 1950.
La leyenda de que los vampiros duermen en ataúdes probablemente surgió de los informes de los sepultureros y empleados de las funerarias que describían como algunos cadáveres de repente se sentaban en sus tumbas o ataúdes. Este fenómeno inquietante podría ser causado por el proceso de descomposición.
Mientras que beber sangre no es suficiente para definir a un vampiro, es una característica abrumadora. En algunas culturas, beber la sangre de la víctima permite que el bebedor absorba la fuerza de ella, que adquiera las características de un animal, o incluso, que haga que una mujer sea más fecunda. El color rojo también está involucrado en muchos rituales vampíricos.
A finales del siglo XX, ya se habían realizado más de 300 películas sobre vampiros, y en más de 100 de ellas aparece Drácula como personaje.