El aeroplano no tiene un volante de dirección como el de un automóvil o un barco. El piloto dirige su avión con una palanca, que sale del piso, y a la cual se le llama palanca de mando.
La palanca se encuentra conectada con las partes movibles de la cola del aeroplano llamadas timones de profundidad. Los timones de profundidad suben y bajan.
Al tirar de la palanca hacia atrás, los timones de profundidad suben. Eso hace que la cola del aeroplano baje y que la proa suba. Así el aeroplano se eleva.
Al tirar de la palanca hacia adelante los timones de profundidad bajan. Entonces la cola sube y la punta del aeroplano se inclina hacia el suelo. Así, el aeroplano baja.
La palanca está conectada asimismo con las partes movibles de las alas, que se llaman alerones. Al empujar la palanca hacia la izquierda o hacia la derecha un alerón baja y el otro sube. Eso hace que el aeroplano se incline en una u otra dirección.
El piloto también emplea los pies. En el piso se encuentran dos pedales, sujetos a una barra, llamada barra del timón. Esta se encuentra conectada con el timón direccional, en la cola del aparato. Al pisar el pedal izquierdo el piloto logra que el aeroplano vire hacia la izquierda. Pisando el pedal derecho logra que vire hacia la derecha.
Todas las partes móviles de las alas y la cola del aeroplano se llaman superficies de mando.
Una manivela llamada estrangulador se encuentra conectada al motor del aeroplano. Mientras más abierto está el estrangulador, más combustible entra al motor y a más revoluciones trabaja. El estrangulador, la palanca y los pedales son los mecanismos de mando de que se sirve el piloto para guiar su aeroplano.