El más difícil de los circuitos de Gran Premio es el de Mónaco Desde 1929, esa carrera se lleva a cabo en la primavera por las calles de la ciudad y del puerto, que ese día están cerradas a la circulación. Bordea el mar sobre más de un kilómetro.
El circuito mide 3 312 m. Consta de 11 curvas muy cerradas y de varias cuestas escarpadas. Una de ellas, situada frente a la estación de tren, tiene una pendiente de 7.3%, o sea que sube 7.30 cm cada 100 m. Los coches la recorren a más de 250 km/h.
Los pilotos tienen que dar 76 vueltas al circuito, lo que representa una distancia de 251.7 km. Se ha calculado que durante la carrera los pilotos hacen en promedio 1 600 cambios de velocidad, lo que corresponde aproximadamente a un cambio de velocidad cada 5 segundos.
A causa de su dificultad, el circuito de Mónaco es donde los coches corren más lentamente. Hay muchas curvas, subidas, bajadas. Constantemente hay que estar disminuyendo la velocidad, acelerando, frenando y teniendo cuidado de no caer al mar, que está muy cerca.