El escultor, Gutzon Borglum, hizo un monumento semejante en los Apalaches, en Georgia, en honor del general Lee, el héroe de la guerra de Secesión. Disgustado con sus socios, abandonó su proyecto, pero su reputación había llegado a Dakota.
Los retratos, de 18.50 m de alto, fueron esculpidos de 1927 a 1942. Fue una verdadera hazaña realizada a golpe de explosivos: se hicieron con dinamita paredes enteras de granito. El escultor se encargó luego, con su cincel, su gubia y su martillo, de lograr los parecidos.
Algunos estadounidenses creen tener en él el monumento más extraordinario realizado desde la antigüedad.