Casi todo el mundo es capaz de hablar normalmente sin darse cuenta de lo complicado que es este proceso en realidad y la asombrosa coordinación requerida por la laringe, las mejillas, la lengua y los labios para pronunciar las palabras. Cuando esta coordinación no funciona correctamente es que se dice que una persona tartamudea o balbucea.
En una forma de la tartamudez, el hablante no puede decir una palabra con claridad. Los espasmos ocurren en los músculos del habla y el último sonido que el orador hace se repite una y otra vez. Así, en lugar de decir "madre", el tartamudo dice: "m-m-m-madre".
En otra forma más grave de tartamudez, los músculos de la lengua, la garganta y el rostro tienen espasmos, mientras todos los músculos de la cara trabajan para hacer el sonido, sin que las palabras salgan. El rostro del tartamudo parece retorcerse.
Aunque los médicos no están seguros exactamente qué causa la tartamudez, consideran que puede ser un problema físico o emocional. En ambos casos, el tartamudeo normalmente puede corregirse mediante una instrucción especial en la lectura y el habla. El tartamudo se le enseña a leer y hablar despacio y cuidadosamente, y respirar con regularidad mientras habla. Muchos niños que tartamudean suelen superar el problema cuando se hacen mayores.
La manera más amable de ayudar a alguien que tartamudea es escucharle con paciencia y comprensión. Las personas que se burlan de esta discapacidad no sólo están siendo sólo crueles, sino empujan a que el tartamudo tartamudee más.
¡El tartamudeo es de 4 a 6 veces más común en niños que en niñas!