Los refrescos se vuelven gaseosos debido al bióxido de carbono que se les bombea a presión al embotellarlos. Las botellas deben ser muy resistentes pra no estallar por la presión del gas (las de vino son de vidrio grueso y de fondo cóncavo para redistribuir dicha presión).Los refrescos tambiés se envasan en latas de aluminio y en botellas de plástico con base reforzada.
En el caso de la cerveza, la levadura fermenta la malta y la convierte en alcohol y bióxido de carbono. El excedente de este gas suele guardarse en cilindros o tanques para ser vendido después a las compañías refresqueras.