La enfermera, o ayudante técnico sanitario, recibe una formación profesional que le permite cuidar a los enfermos y aplicarles los tratamientos aconsejados o prescritos por el médico.
La profesión de enfermera requiere una extraordinaria fuerza moral. Probablemente, esto explica las dificultades del reclutamiento, que, por otra parte, es mayoritariamente femenino; son miles las enfermeras que trabajan en las diversas especialidades. La enfermera puede ejercer como asalariada en los hospitales o en las clínicas privadas, o también por su cuenta, en su domicilio o en el de los enfermos. Una formación complementaria puede convertirla en puericultora, comadrona o reanimadora. En los dispensarios de las grandes empresas, las enfermeras se dedican a las curas de urgencia de los heridos o accidentados, además de las tareas médico-administrativas: controles, exámenes preventivos, vacunaciones, etc.