El termostato sirve para mantener a una temperatura determinada un piso o cualquier otro lugar cerrado. Para la calefacción en cuanto se ha alcanzado el grado de temperatura deseado y la vuelve a poner en funcionamiento cuando esta desciende. Se trata de un interruptor automático, compuesto, generalmente, por dos chapas de metal, que se deforman por efecto de la temperatura. Esta deformación interrumpe o restablece la corriente de aire o agua y, en consecuencia, la calefacción.