La jeringuilla de inyecciones esta compuesta de un cuerpo cilíndrico de cristal esmerilado, en cuyo interior un émbolo de cristal se desliza muy ajustadamente entre las paredes del cilindro. Es una pequeña bomba aspirante-impelente. El tubo lleva una graduación, así como un reborde terminal escuadrado para impedir que pueda rodar por una superficie plana. En el otro extremo tiene una pieza de ajuste a la cual se adapta una aguja hueca, de acero, de níquel o, con preferencia, de platino iridiado, lo cual permite flamearla antes de usarla. La jeringuilla se esteriliza mediante ebullición. Se aspira el líquido tirando del émbolo. En seguida se ajusta la aguja y se expulsa el aire empujando el émbolo.