El
espacio exterior no tiene aire. Es vacío y la luz blanca puede pasar directamente sin ser dispersada. En la Luna el cielo siempre es negro porque no tiene atmósfera que retenga las partículas de polvo. Esto significa que en la Luna el Sol brilla con toda su fuerza sobre un fondo negro y estrellado. Algo que sólo han experimentado algunos afortunados astronautas.