El claroscuro es una técnica pictórica en la que determinadas zonas de la imagen (generalmente, los fondos) se muestran en casi completa oscuridad, lo cual contrasta con efectos de intensa iluminación en rostros y extremidades, una combinación que crea un dramatismo exarcebado de la imagen.
Este era el caso de la escuela pictórica del tenebrismo, a fines del siglo XVI, que mostraba escenas de personajes en agonía o éxtasis religioso destacado por el claroscuro. La técnica se ha traspasado a otras artes, especialmente al cine, que a menudo emplea este principio, como en el caso de Sin City.