La práctica del esquí es muy antigua: en el año 30 antes de nuestra era, los caucasianos ya utilizaban unas tablas cubiertas de pieles... El hecho de no hundirse en la nieve cuando se llevan esquíes-patines de siete a nueve centímetros de ancho, de unos dos metros de largo y ligeramente curvados hacia arriba por delante— es debido a que se dispone de mayor superficie de sustentación para repartir la presión que ejerce el peso del cuerpo. Es el mismo principio que se aplica a las ruedas de llanta ancha con que van equipados los camiones, a las cintas sin fin, a las orugas de los carros de combate, a los aparatos de excavación y transporte de tierras, a los distintos aparatos que aumentan la superficie con la misma presión y a otros vehículos "todo terreno" En un principio fabricados de madera maciza, actualmente, los esquíes aprovechan la técnica de la madera laminada y encolada -fresno y, principalmente, nogal blanco americano (hickory), que es un material muy resistente, difícil de romperse y bastante flexible-. También se fabrican de metal, de materia plástica y hasta de fibra de vidrio. Antes de usarlos debe ser encerada su suela con una preparación grasa especial que impide la adherencia de la nieve.
También se ha perfeccionado el sistema de atadura, situada entre el segundo y el tercer tercio del esquí a partir de la punta delantera. Su dispositivo de seguridad protege contra las torsiones (esguinces, fracturas) y contra las caídas por delante (rotura del tendón de Aquiles). El esquiador se ayuda con un par de bastones muy ligeros de duraluminio, provistos de una arandela (rodaja) que sirve de tope de penetración.