Trata de hacerlo con un vaso de agua y un popote (pajilla) doblado, ponte de cabeza y da unos cuantos sorbos. Se puede! Desde luego no es nada especial: los caballos y las jirafas lo hacen todo el tiempo. Esto es posible porque el esófago consiste en miles de bandas de fibras musculares circulares que conocemos como músculo liso, y que actúan en forma suave, a través de ondas llamadas movimientos peristálticos. Las bandas se constriñen una después de otra desde la garganta hasta el estómago, empujando los alimentos o las bebidas en dirección a la parte inferior del esófago, casi de igual manera que cuando exprimimos el tubo de pasta dentífrica. Cuando llegan los alimentos al estómago, se abre una válvula y pasan.