La figura de Voltaire es una de las mas representativas de aquel siglo, el XVIII, que se llamó Siglo de la Razón y que pretendía acabar, de una vez para todas, con las tinieblas y el oscurantismo.
Su verdadero nombre era Francois Marie Arouet, y de el resulta en anagrama el seudónimo de Voltaire. Nació en Pans en 1694 y estudió en el colegio de jesuitas de Louis le Grand. A los 23 anos fue encarcelado en la Bastilla por escribir una sátira política ofensiva contra el Regente y, entre 1726 y 1729, permaneció exiliado en Inglaterra, tiempo que aprovecho para conocer a fondo la filosofía empirista inglesa, que tanto influiría después en su pensamiento. A lo largo de su vida, muy dilatada por cierto, pues vivió hasta los 84 años, conocerá tanto la persecución por sus ideas como el homenaje y el éxito.
Aunque no fue propiamente un filosofo, ya que no ordeno sus ideas en un sistema, su obra jugo un papel muy importante en la formación de la ideología de su época. Al igual que Rousseau, no fue un optimista empedernido con una confianza ciega en el progreso, tal como era usual entonces. Pero fuera de esta coincidencia, les separaba una total diferencia de actitud respecto del ser humano. Mientras que Rousseau pensaba que el hombre era normalmente bueno, Voltaire creía que era normalmente estúpido. Frente a esta realidad, el único remedio que puede aplicarse es la ilustración y el saber y, por ello, el motor de su obra sería combatir la superstición y los prejuicios. No es de extrañar que la Iglesia de su tiempo se le presentara como uno de los principales obstáculos con que tropezaba su afán racionalizador y, así, la atacara con tal ímpetu que, todavía hoy, la palabra volteriano, se sigue empleando para denominar una actitud anticlerical. A pesar de ello, no fue del todo un ateo. Suya es la frase: Si Dios no existiera, habría que inventarlo. Voltaire admite una religión de la razón, al modo de los librepensadores ingleses. La religión es una necesidad que se justifica por motives pragmáticos. Pero esta forma de entender la fe no podía ser aceptada por la Iglesia Católica, que condenó todas sus obras. Fue Voltaire uno de los mas asiduos colaboradores de la Enciclopedia y su Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones es uno de los primeros intentos de elaborar una filosofía de la historia. Murió en 1778, al parecer en medio de terribles sufrimientos. Era tal su reputación de hombre mordaz y cáustico que cuando se anunció su muerte, un contemporáneo dijo: Se habrá mordido la lengua.